El Impuesto de Sociedades en España es una obligación fiscal que deben asumir la mayoría de las entidades jurídicas que desarrollan una actividad económica dentro del territorio español. Aunque pueda sonar complejo, entender en qué consiste, quiénes deben pagar el impuesto y cómo se puede optimizar su gestión es clave para evitar errores y mejorar la salud financiera de tu empresa.
En este artículo, te explicamos de forma sencilla los aspectos fundamentales de este tributo y te damos consejos prácticos para gestionarlo correctamente.
¿Qué es el Impuesto de Sociedades?
El Impuesto de Sociedades es un tributo directo que grava la renta de las sociedades y otras entidades jurídicas obtenida durante un periodo impositivo, que normalmente suele coincidir con el año natural. A diferencia del IRPF, que grava a personas físicas, este impuesto se aplica sobre los beneficios empresariales.
Este impuesto se calcula sobre el resultado contable del ejercicio, al que se le aplican una serie de ajustes fiscales para obtener la base imponible. Sobre esta base se aplica un tipo impositivo que, de manera general, es del 25%.
Quién está obligado a pagarlo
Son sujetos pasivos del Impuesto de Sociedades todas aquellas entidades con personalidad jurídica propia, como:
- Sociedades anónimas (S.A.)
- Sociedades limitadas (S.L.)
- Cooperativas
- Asociaciones y fundaciones
- Sociedades civiles con objeto mercantil
- Colegios profesionales que ejerzan actividades económicas
- Algunas entidades no residentes con presencia permanente en España
También se incluyen los fondos de inversión, aunque pueden estar sujetos a un régimen tributario especial.
Periodo impositivo y presentación
El periodo impositivo, por lo general, dura 12 meses y suele coincidir con el año natural, aunque puede variar en función del ciclo contable de cada empresa. La presentación del impuesto se realiza durante los 25 días naturales siguientes a los seis meses posteriores al cierre del ejercicio.
Por ejemplo, si tu empresa cierra ejercicio el 31 de diciembre, deberás presentar el Impuesto de Sociedades entre el 1 y el 25 de julio del año siguiente.
Cómo se calcula la cuota del impuesto
El cálculo de la cuota del impuesto parte del resultado contable, es decir, la diferencia entre ingresos y gastos contabilizados. Sobre este resultado se aplican los ajustes fiscales que marca la normativa para obtener la base imponible.
Una vez obtenida la base imponible, se aplica el tipo impositivo correspondiente. Como norma general, es del 25%, aunque puede variar:
- 15% para nuevas empresas en sus dos primeros ejercicios con base imponible positiva.
- 30% para entidades de crédito y explotación de hidrocarburos.
Finalmente, se restan las deducciones y los pagos fraccionados ya realizados para determinar la cuota íntegra a pagar.
Pagos fraccionados
Durante el ejercicio fiscal, las empresas deben realizar pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades. Estos pagos anticipados se realizan en abril, octubre y diciembre, y se calculan en función del resultado del ejercicio anterior o de la base imponible del año en curso, según el método elegido.
Estos pagos ayudan a distribuir el esfuerzo fiscal y a evitar que toda la carga se concentre en un único momento del año.
Consejos para optimizar el Impuesto de Sociedades
Planificar con antelación y tener en cuenta algunos aspectos clave puede ayudarte a optimizar el pago de este tributo. Aquí te damos algunas recomendaciones:
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Llevar una buena contabilidad
Una contabilidad clara, actualizada y ajustada a la normativa es la base para calcular correctamente el impuesto. Asegúrate de que tu equipo o asesor contable lleva un buen control del resultado contable y realiza correctamente los ajustes fiscales.
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Revisar los beneficios fiscales
Existen deducciones por actividades como investigación, innovación, contratación de determinados perfiles, o inversiones medioambientales. Revisar si tu empresa puede acogerse a alguno de estos beneficios puede suponer un ahorro importante.
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Atención a los gastos deducibles
No todos los gastos son deducibles, pero muchos sí lo son. Es fundamental identificar correctamente aquellos que puedes incluir, como gastos de representación, formación, suministros, entre otros.
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Aprovechar los tipos reducidos
Si has creado una empresa recientemente, puedes beneficiarte de un tipo reducido del 15% durante los dos primeros años con beneficios. Esto puede suponer un alivio fiscal considerable en la fase inicial del negocio.
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Asesoramiento profesional
Contar con un buen asesor fiscal es clave para planificar el régimen tributario más adecuado y detectar oportunidades de mejora en la tributación. Un experto te ayudará a cumplir con los plazos y requisitos legales sin sorpresas.
¿Qué pasa si no se presenta correctamente?
No presentar el impuesto en tiempo y forma, o hacerlo con errores, puede derivar en recargos, intereses y sanciones. Además, si Hacienda detecta incongruencias entre el resultado contable y la declaración, podría iniciar una inspección.
Por eso, además de planificar y optimizar, es esencial garantizar que todo el proceso se realiza correctamente desde el principio.
Cierre fiscal con visión estratégica
El Impuesto de Sociedades puede parecer un tema complejo, pero con una buena planificación, una contabilidad ordenada y el apoyo adecuado, se convierte en una herramienta de control y mejora financiera.
Entender quién debe pagar el impuesto, cómo se calcula la cuota del impuesto, cuál es el plazo para presentarlo y qué deducciones existen, puede ayudarte no solo a cumplir con tus obligaciones fiscales, sino también a ahorrar dinero.
En definitiva, cuanto más conozcas sobre el funcionamiento del Impuesto de Sociedades en España, más capacidad tendrás para tomar decisiones informadas y adecuadas para el futuro de tu negocio.
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