Las Special Purpose Vehicles (SPV), más conocidas como sociedades neveras o vehículos, son entidades legales creadas para un objetivo específico, que generalmente implica la gestión de riesgos, la financiación de proyectos o la separación de activos y pasivos. A menudo utilizadas en el ámbito financiero y empresarial, las SPV ofrecen una serie de ventajas significativas que las convierten en una opción atractiva para muchas organizaciones e inversores. A continuación, se detallan las principales ventajas de adquirir una SPV:

Aislamiento de riesgos y responsabilidad

Una de las ventajas más destacadas de una SPV es su capacidad para aislar riesgos. Al crear una entidad separada, las empresas pueden proteger sus activos y operaciones principales de los riesgos asociados con proyectos específicos.

La estructura de una SPV permite a los propietarios limitar su responsabilidad personal. Si la SPV incurre en deudas o enfrenta demandas, los activos de la empresa matriz generalmente no se ven afectados. Esto proporciona una capa adicional de protección para los inversores y propietarios, lo que puede ser un factor decisivo al considerar nuevas inversiones. Las SPV son ideales para inversiones en nuevos proyectos o sectores emergentes. Permiten a las empresas y a los inversores aprovechar oportunidades de mercado sin comprometer recursos significativos de la empresa matriz.

Si el proyecto fracasara, las pérdidas quedan confinadas en la SPV, quedando los activos de los inversionistas y la empresa matriz intactos.

Un financiamiento más eficiente. Acceso a nuevas fuentes de capital

Las SPV pueden facilitar el acceso a financiamiento de una manera más fácil que una sociedad con antigüedad. Al permitir la creación de estructuras financieras específicas, como titulizaciones de activos, las SPV pueden atraer a diferentes tipos de inversores, incluidos aquellos interesados en riesgos y rendimientos específicos. Esto puede resultar en condiciones de financiamiento más favorables y en una mayor flexibilidad financiera.

Optimización fiscal

Las SPV pueden ofrecer ventajas fiscales significativas. Dependiendo de la situación en la que opere, es posible que puedan beneficiarse de incentivos fiscales específicos o de un tratamiento impositivo más favorable en comparación con la empresa matriz. Esto puede resultar en una reducción significativa de la carga fiscal global.

Adaptación a necesidades específicas

Las SPV permiten una gran flexibilidad en la estructuración de financiamiento y activos. Los inversores pueden diseñar instrumentos financieros adaptados a sus necesidades específicas.

Facilitación de proyectos complejos

Para proyectos complejos que requieren múltiples socios o partes interesadas, una SPV puede servir como un vehículo eficaz para gestionar y coordinar la financiación y la participación de diferentes inversores.

Mejora la separación contable y transparencia

Al ser una entidad legal separada, la SPV tiene su propia contabilidad y obligaciones de reporte. Esto facilita la transparencia en los resultados financieros del proyecto, además, las empresas pueden crear informes financieros más claros y específicos para los proyectos o activos que gestiona. Esto no solo facilita la evaluación del rendimiento del proyecto, sino que también proporciona a los inversores una visión más clara de cómo se utilizan sus fondos. La transparencia en la gestión de activos es un factor crucial para ganar y mantener la confianza de los inversores. Las SPV permiten un mayor control sobre activos específicos, facilitando su gestión y operación

Alianzas entre inversores

Una SPV puede ser una estructura ideal para las alianzas estratégicas entre diversos inversores. Diferentes entidades o inversores pueden colaborar en un proyecto específico sin afectar a las operaciones de sus empresas matrices.

Al utilizar SPV, los inversores pueden diversificar su portafolio de manera más efectiva. Invertir en múltiples SPV para diferentes proyectos o activos permite reducir el riesgo general y mejorar las posibilidades de obtener rendimientos positivos.

Un uso típico de una SPV es en el sector inmobiliario o en proyectos de infraestructura, donde se crea una entidad separada para desarrollar un edificio o una planta energética. La SPV gestiona todos los aspectos del proyecto, desde la compra del terreno hasta la construcción y operación, permitiendo a los inversionistas una participación clara en los beneficios del proyecto sin tener que involucrarse directamente en la empresa desarrolladora.

Como conclusión, las (SPV) ofrecen una amplia gama de ventajas que pueden beneficiar tanto a empresas como a inversores a la hora de operar en el mercado. Desde la gestión eficiente de riesgos y el acceso a financiamiento, hasta la mejora de la transparencia y el control, las SPV son herramientas valiosas en un entorno empresarial cada vez más complejo.

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